No hay relación causal entre infestación por piojos y la escasa higiene, pero hay formas de prevenir el contagio
Las vacaciones escolares ya están a la vuelta de la esquina, y las actividades al aire libre centrarán gran parte del día de los niños. Mayor contacto físico, más tiempo con otros niños, cursos de verano, campamentos, piscinas… son elementos perfectos para la proliferación de los piojos. «El contagio se produce fundamentalmente por contacto directo, cabeza con cabeza, o por compartir gorras, peines, toallas, almohadas, etc».
A ello se une que «son pocos los campamentos que tienen un protocolo de actuación en casos de contagio». Además, «el período estival hace que muchos padres bajemos un poco la guardia y no estemos tan pendientes de revisar las cabezas de nuestros niños».
Para evitar el contagio, os dejamos algunas recomendaciones que pueden ayudarnos a que los piojos no nos amarguen el verano:
1. No compartir peines, cepillos de pelo, ni gomitas, horquillas, ni ningún adorno de pelo
2. No utilizar toallas de otros
3. Si se realizan actividades que requieran el uso de cascos, usar una gorra debajo del casco
4. Peinarse con frecuencia y utilizar la lendrera para revisar la cabeza
5. Llevar el pelo recogido las niñas, y cortito los niños
6. Evitar en la medida de lo posible, el contacto cabeza con cabeza cuando se comparte el mismo juego o consola
En definitiva, estas son algunas de las pautas que podemos llevar a cabo tanto nosotros mismos como con nuestros hijos. Sin embargo, nada de esto es 100% eficaz a la hora de evitar un contagio por piojos.
Sea cual sea el origen del contagio, el motivo, o el lugar, lo que es seguro es que se debe llevar a cabo un tratamiento, y estar en manos expertas siempre es ideal para combatir este problema de forma eficaz.