El contagio por piojos es un problema común que suele afectar a los niños en edad escolar y a sus familias. Aunque a día de hoy es cada vez más común esta afectación en personas adultas tal vez debido a la cantidad de piojos que existen en nuestro entorno y a los medios de propagación.
No importa si el cabello está limpio o sucio. Los piojos se encuentran en todo el mundo, en todo tipo de lugares como en hogares o escuelas o en el campo o en la ciudad. No importa la riqueza o la pobreza de las personas o la limpieza o la suciedad.
Los piojos de la cabeza se alimentan de nuestra sangre. Todos los pelos son buenos para ellos, rubios, morenos, canos, finos o gruesos por muy limpios o sucios que estén.
El ser una persona propensa a contagiarse de piojos no tiene que ver con el tipo de pelo sino con el tipo de actividad. Los niños que más se contagian son los más pequeños por el tipo de juegos que realizan diariamente o por compartir complementos como gorras, peines o diademas.
Actualmente, se están viendo también muchos casos de contagio de piojos en niñas adolescentes con melenas largas por el uso del móvil u otros aparatos electrónicos. Los selfies o el hecho de estar viendo redes sociales y videos en un mismo aparato electrónico, hace que junten pelo con pelo o cabeza con cabeza.
Hay estudios que demuestran que la propensión a coger piojos tiene que ver con la acidez del cuero cabelludo. El PH de la piel afecta a cómo se reproducen los piojos y liendres. Cuanto más ácido sea el PH, más rápida será la propagación de los piojos. Por eso es importante mantener el PH a raya, por ejemplo con un buen champú. El grosor de la piel y la grasa de la misma también juegan un papel muy importante.